Una mirada del feminismo desde la plena humanidad:
La palabra feminista tiene una connotación estereotipada
negativa, pero realmente ¿Qué significa ser feminista en el contexto actual? ¿Por qué la sociedad patriarcal se
empeña en categorizar a las mujeres feministas como mujeres que rechazan a los
hombres, solteras y sin familia? ¿se
podría decir que ser mujer feminista en los tiempos actuales es sinónimo de una
mujer infeliz? La sociedad se sigue
equivocando en muchos aspectos, empezando porque la gran masa asigna el
feminismo como el antónimo de machismo. No sé cómo lo ha logrado, pero ya son
muchas personas que confunden el movimiento feminista con el autoritarismo
hacia los hombres o con la misandria (hembrismo).
El feminismo es la
lucha por la igualdad entre mujeres y hombres. Nancy Cott1
define feminismo: "creencia en la importancia de la igualdad de género,
invalidando la idea de jerarquía de género como concepto construido por la
sociedad"
Tal es la complejidad en la que nos encontramos que aún “el género” sigue marcando la vida de miles
de mujeres. Enseñamos a las niñas a caer bien, pero a los niños no.
Nosotras debemos gustar a todo el mundo, pero sobre todo a los niños. La sociedad polariza las
diferencias biológicas que existen entre hombres y mujeres y no nos estamos
dando cuenta de ello, nos prescribe como
tenemos que ser las mujeres, que funciones debemos realizar, nos asigna un rol
y por tanto las expectativas sociales que debemos cumplir, sino es así entonces
pagaremos socialmente las consecuencias2. Etiquetas negativas con
gran impacto en nuestra salud mental
Las personas nos hemos cansado del
patriarcado entre otras cosas porque no resuelven los problemas más graves de
la sociedad, como las guerras, la injusticia social, la deforestación, la
desigualdad, el hambre etc. Nos hemos cansado de su inagotable ansia de poder y
de su modelo sin solución a los cambios actuales. Para llegar a un mundo más justo necesitamos
trabajar desde la identidad del ser
humano y no desde el rol de género. El mundo necesita personas más
inteligentes, más creativas, más innovadoras, y para estas cualidades no hay
hormonas masculinas ni femeninas2 que se sepa. Desarrollar nuestras capacidades implica
conocer más fortalezas como parte de la especie humana, una identidad global
que nos permita brillar con luz propia.
Pero ante esto las mujeres debemos darnos cuenta que las ideas de género apenas han
evolucionado. El sistema no nos permite llegar, hay barreras invisibles que
debemos empezar a derribar, empezando por nuestra propia casa, por nuestra
propia mente, nuestro sistema de valores, nuestro inconsciente colectivo. Nosotras
debemos de encontrar la manera de poder desplegar nuestras potencialidades, no
copiar los modelos patriarcales para posicionarnos en el mundo, sino
precisamente encontrar y desarrollar nuestro camino. No callarnos ante las
injusticias que nos afectan directamente a nosotras. El silencio implica tomar
parte de la continuación del machismo en las organizaciones, en el sistema y en
la sociedad en general. Hay dos formas de decidir, ya sea por acción o por omisión,
nosotras tenemos el poder de decidir. Elijamos pues el asertividad, la
conciencia plena, la inteligencia, el compromiso y el diálogo como punto de cambio
hacia la construcción de nuestra realidad. No
más abnegadas.
Entonces, qué retos debemos
asumir a nivel individual y como sociedad:
· 1. Desaprender el rol de género: desde los distintos
ámbitos: social, laboral, educativo,
privado y público.
· 2. Denunciar todo tipo de machismos (los micro machismos, machismos invisibles, etc.) de lo
contrario estaremos perpetuando este mismo como forma de vida.
· 3. Centrarnos en las capacidades y potencialidades de las
niñas y los niños, no en las expectativas sociales de estos, así no estaremos alimentando la desigualdad, ni desaprovechando el talento femenino y
su aportación al mundo. Porque no creer en los seres humanos y su capacidad para transformarse así mismo.
· 4.
Encontrar y desarrollar nuestro
propio modelo de ver el mundo, de actuar en él. Hacer nuestro propio camino,
para presidir un país, para trabajar en instituciones, en definitiva, para
triunfar. De nada nos sirve una presidenta si realmente esta copiando totalmente un modelo patriarcal.
5. Redefinir socialmente la
masculinidad y la feminidad. La sociedad ha cambiado, sigue cambiando cada día, debemos encontrar la integración del ser, del saber, y del saber hacer.
Referencias
1 Cott, Nancy (1987). The grounding of
modern feminism. Yale University
Press. pp. 45.ISBN 978-0-300-04228-3.
"No soy una princesa, soy una guerrera".
ResponderEliminarCreo que pocas veces una mujer podrá decir una frase más machista que esa.
Es decir que "una mujer" desprecia a las princesas, que son mujeres como ella, y prefiere ser "guerrera", según el papel que tradicionalmente han tenido los hombres.
Sí, puedes ser una guerrera, ha habido muchas a lo largo de la historia y no necesitaron de la ideología feminista para serlo, pero no tiene absolutamente nada de malo ser una princesa.
Despreciar a las princesas tiene una gran carga de misoginia la cual, si proviene de una mujer, es no sólo inadmisible sino, además, una locura.
Ya quisieran muchas que quieren ser "guerreras" ser una princesa.
A las princesas se les enseñaba a ser refinadísimas, de historia, de política, de diplomacia, sabían montar a caballo, hablaban varios idiomas y sí, también les enseñaban a usar la espada y a combatir por si necesitaban defender su reino.
¿Acaso saben que las zarinas, las hijas del Zar Nicolás, (y también el zarevich), NUNCA durmieron en una cama, sino que dormían en catres porque su padre quería que forjaran su carácter y no quisieran todo en bandeja de plata?
Quiero ver qué feminista de hoy se fleta a dormir en un catre, como una princesa.